miércoles, noviembre 07, 2018

Sombra


Me encanta el mes Escorpio, sobre todo cuando llueve. Este año está siendo muy intenso. Si no teníamos bastante con la energía escorpiana general, con ese Júpiter poniendo luz en lo que está oculto en el sótano y ese Venus retrógrado que está destapando mierda como si no hubiese un mañana, llega la luna nueva en Escorpio para terminar de rematar. La luna nueva es un espejo de nuestra sombra, la cual a veces está profundamente escondida en nosotros por miedo a reconocerla. Pero todo lo que está oculto, tiene vocación de salir a la luz, y la sombra termina por manifestarse directa o indirectamente. La sombra tiene que equipararse a la luz porque tiene la misma importancia. La sombra necesita ser reconocida y abrazada. Si no abranzamos la sombra, nos estamos queriendo a medias, ya que estamos rechazando una parte importante de nosotros mismos. La sombra no está para humillarnos o para hacernos sentir culpa, sino para enseñarnos algo que es importante, a veces mucho más genuino que cualquier otro rasgo que está en la luz.

Hace unos días leí un artículo muy interesante llamado "La Diosa contra la New Age", proporcionado por la Tribu de Iberia. Había muchas ideas interesantes en el mismo, entre ellas esa tendencia a preponderar a la luz frente a la oscuridad, o incluso peor, ignora totalmente a la oscuridad. Se ve claramente en esa corriente de buenismo y pensamiento positivo que nos invade, en considerar que hay emociones positivas (como la alegría) que hay que potenciar frente a las negativas (como la envidia), en tratar de primar al grupo frente a la individualidad, en exaltar la juventud en detrimento de la vejez, en patrocinar el arquetipo de la Madre o la Doncella frente a la Puta y a la Anciana, la pureza frente a la podredumbre. Se nos pide matar a una parte de nosotros mismos y encima celebrarlo. Se nos pide perder nuestro verdadero poder, que tiene que ver con la integración de los dos aspectos: luz y oscuridad.

Ver lo que hay en la sombra da miedo porque lo que allí reside lo hemos etiquetado como malo. Cuesta asumir que uno es egoísta, manipulador, envidioso, ladrón, maltratador, asesino, avaricioso, perezoso, déspota, arribista, pusilánime, deshonesto, etc, porque nos negamos a asumir que eso pueda estar en nuestra naturaleza y ser parte de nosotros. Nos negamos a ver eso porque en nuestra creencias y nuestra moral alguien decidió que era "malo" y nosotros lo acatamos. La sombra requiere un trabajo de honestidad, y no queremos hacerlo porque es muy duro, porque seguir en la mentira es mucho más confortable. Preferimos pensar que siendo "puro" e "inmaculado" es mucho mejor. ¿Acaso no es una estrategia para no ser rechazado? Rechazarse para encajar. Amputarse para encajar.

Y por otro lado, ¿cuántas cosas "buenas" han quedado en la sombra y no nos hemos dado cuenta?

Hoy es un día de trabajo en la sombra. Hoy ya he visto cosas que no sabía que tenía en la mochila que porto. Cuando haga el trabajo veré alguna más. Todavía me queda por integrar algunas que ya conocía pero que me cuesta aceptar. Es parte del trabajo de este mes, que está siendo doloroso y costoso. En cierta forma, me recuerda a la metamorfosis de las mariposas (o de las libélulas). Espero salir convertida en una, aunque sea una polilla. Sé que estoy deseando que el proceso termine de una santa vez, pero he de tener paciencia y templanza para no apresurar, porque todo tiene su tiempo.

Pero, ¿eh? Urano se va ya a Aries y Júpiter va a entrar en su domicilio. Se despeja el ambiente. Ojalá.

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