Uno de los ejercicios que aprendí en el curso del Niño Interior fue el de escribir unas cartas a mis padres para liberarme del resentimiento que tenía con ellos por cualquier cosa que les echara en cara. Fue realmente terapéutico. A raíz de este ejercicio, empecé a escribir cartas a mis ancestros, con un cariz distinto, siempre cuando la luna está en menguante (relacionada con la liberación o la disminución), siempre previo a la luna nueva, que marca un comienzo y el cambio de signo. Igualmente quemo las cartas, pero lo que no hago es echar las cenizas a una corriente de agua, porque me parece contaminar innecesariamente. Las tiro a la papelera directamente, esperando que se pongan a tierra y ésta cierre el proceso.
A la vista del eclipse de mañana, un poderoso eclipse solar en el signo de Leo de nodo Norte, he venido escribiendo varias cartas durante estas semanas. La última fue anoche para BH. Una carta de despedida. No una despedida de "no voy a volver a pensar en ti más" (porque es imposible), sino una carta de "te libero y te dejo ir". También fue una carta de perdón. Y, por supuesto, empecé a llorar en cuanto puse los dos puntos de la entrada. La carta me volvió a conectar con toda mi experiencia en el aborto y con todo lo que sentí, toda la tristeza, toda la frustración y con todo lo que quedó interrumpido. Lloré muchísimo. Esta noche he soñado cosas muy raras, pero no recuerdo ninguna, salvo la sensación de que el sueño ha sido desasosiego puro. Sin embargo, me he levantado despejada. Hecha un mierda física, pero despejada. Algún día podré recordar todo esto con amor, más que con tristeza.
Las cartas anteriores no fueron tan intensas, aunque sí lloré con alguna también. No tanto, es verdad. Cuando escribía me hice la pregunta de hacia dónde iba la energía, y me di cuenta de que esa energía la sentía orientada hacia mi interior. Esa carta también está dirigida a mí, o más bien a la parte de mis ancestros que está en mí. Es como si yo los contuviese a todos en mí. En algunos casos la carta resultó un acto de comunión, pero también de aceptación y de amor. He intentado incluir a los que no estaban incluidos, y de apaciguar el dolor de otros. Con ello espero que todos hayamos sanado de alguna forma.
Ahora llega el eclipse. Un momento de comienzos muy importante. A mí me cae en la casa 5, que es además la casa de Leo, que además en mi caso tiene a Leo en la cúspide. Leo tiene mucho que ver con la creatividad, la alegría, la diversión, el juego, el ocio, la expansión del corazón, el Niño Interior, el amor, el poder...Aquí es donde voy a sembrar de aquí a 6 meses. Empiezo hoy, con una meditación Reiju, pero mañana es el día de las intenciones puras. A ver qué tal se me da.
A la vista del eclipse de mañana, un poderoso eclipse solar en el signo de Leo de nodo Norte, he venido escribiendo varias cartas durante estas semanas. La última fue anoche para BH. Una carta de despedida. No una despedida de "no voy a volver a pensar en ti más" (porque es imposible), sino una carta de "te libero y te dejo ir". También fue una carta de perdón. Y, por supuesto, empecé a llorar en cuanto puse los dos puntos de la entrada. La carta me volvió a conectar con toda mi experiencia en el aborto y con todo lo que sentí, toda la tristeza, toda la frustración y con todo lo que quedó interrumpido. Lloré muchísimo. Esta noche he soñado cosas muy raras, pero no recuerdo ninguna, salvo la sensación de que el sueño ha sido desasosiego puro. Sin embargo, me he levantado despejada. Hecha un mierda física, pero despejada. Algún día podré recordar todo esto con amor, más que con tristeza.
Las cartas anteriores no fueron tan intensas, aunque sí lloré con alguna también. No tanto, es verdad. Cuando escribía me hice la pregunta de hacia dónde iba la energía, y me di cuenta de que esa energía la sentía orientada hacia mi interior. Esa carta también está dirigida a mí, o más bien a la parte de mis ancestros que está en mí. Es como si yo los contuviese a todos en mí. En algunos casos la carta resultó un acto de comunión, pero también de aceptación y de amor. He intentado incluir a los que no estaban incluidos, y de apaciguar el dolor de otros. Con ello espero que todos hayamos sanado de alguna forma.
Ahora llega el eclipse. Un momento de comienzos muy importante. A mí me cae en la casa 5, que es además la casa de Leo, que además en mi caso tiene a Leo en la cúspide. Leo tiene mucho que ver con la creatividad, la alegría, la diversión, el juego, el ocio, la expansión del corazón, el Niño Interior, el amor, el poder...Aquí es donde voy a sembrar de aquí a 6 meses. Empiezo hoy, con una meditación Reiju, pero mañana es el día de las intenciones puras. A ver qué tal se me da.
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