viernes, noviembre 02, 2018

Biocultura 2018


Una nueva edición de esta feria y allá que voy. Llevo varios años asistiendo y es una de las citas que más me gustan. Quizás sea por la oferta tan amplia que existe, o porque siempre descubro algo nuevo que me llama la atención. Y eso que seguramente estoy actuando conforme a mi archivo histórico. Esto es bastante biológico, pero muy condicionante y muy limitante, ya que eso me da una tendencia a comportarme de una manera determinada conforme a lo que creo que va a pasar. En este caso, puede que no tenga mayor importancia, pero ¿cuántas cosas me estoy perdiendo por repetir patrones?

Voy primero a clase de yoga para cumplir con mi cuerpo. Llevo unas semanas un poco erráticas respecto a la práctica física, y tengo que aprovechar los momentos que puedo para ponerme al día. Podría llegar antes a Biocultura de no ser por la clase, pero sé que el beneficio va a ser mayor que la asistencia a la feria. La clase es un poco durilla, porque incidimos en la técnica del saludo al sol. Cómo duele hacer Chaturanga. Me lastran el codo y las muñecas, pero más o menos salen, y eso me pone contenta. Me duelen los músculos, pero ese dolor amortigua otro que es mucho más profundo y que se ha removido casi al despertar.

Voy a Biocultura para llegar sobre las 11. Sola, como siempre. Puede que sea mejor así, porque recorreré los stands a mi manera. Empiezo por la zona de terapias y de ropa, que es la que más me interesa, aunque sea más limitada. Me interrumpe Raquel, que me pide un favor: encontrar un chal concreto en la feria. Doy con ello, pero esto reduce mi presupuesto considerablemente. El caso es que me siento bien haciendo ese favor. Tiene mucho con querer ser útil y sentirse útil. No sé si es algo bueno o algo patético, pero va con mi forma de ser: soy servicial, y me desvivo por complacer. A veces me desvivo demasiado e innecesariamente. En realidad, nadie me lo pide. Solamente me nace espontáneamente, y creo que así la gente que reciba mi generosidad se va a sentir mejor. Pero creo que es una fantasía mía. La mayoría de las veces nadie aprecia mis esfuerzos, ni mi generosidad, ni lo mucho que me vuelco por tratar de hacer feliz a la gente. Muchas veces me vacío y si acaso solamente recibo desdén. Puede que sea yo quien tiene un concepto erróneo de lo que significa darse. ¿Darse para qué? Supongo que es algo que debería limitar en mi comportamiento. Aun así, termino haciendo compras para mi hermana.

Hago un parón para tomarme un té chai y comerme una galleta de chocolate. Esto va en contra de mi dieta, pero no hay nada más sano en este pabellón y no me apetece irme al otro todavía. Me quedan muchos stands por recorrer, mucho que curiosear. Me compraría de todo. Se me desata el consumismo. Me controlo lo que puedo.

Paso al pabellón de cosmética y alimentación. Es enorme y la oferta inmensa. Rechazo la parte cosmética y me pongo a curiosear los stands de alimentación. Para entonces no me queda un duro en efectivo, y dudo que en muchos de ellos acepten la tarjeta de crédito. Me encantan los puestos de hortalizas que tienen variedad y tienen orden. También los puestos de venta a granel. Me pirran esos dos factores: orden y granel. Este año parece que las estrellas son la kombucha y el kéfir. Me sorprende un poco porque no sé a qué viene la moda. Los espacios de los grandes (el Granero, Santiveri, Aneto, etc) me parecen impersonales. Prefiero los pequeños productores, aunque voy a comprar poco. Pero termino cayendo y compro miel de alta montaña. Es simplemente deliciosa y no me puedo resistir. De camino he ido probando lo que he podido sacar de algunos puestos: crema de sobreasada, leche de alpiste, refresco de Guaraná, queso...

Me encantaría quedarme todo el día allí. Ni siquiera he visto la programación de los talleres. El año pasado fui a uno de Tao Yin. Me dicen que el domingo hay algo de biodanza, pero no voy a volver a pagar por venir. Con un día es suficiente. Sé que tengo que marcharme porque me va a costar no comprar más. Me dejo los puestos de piedras y los de música. Esta tarde tengo otra sesión de acupuntura, y ya es bastante dinero gastado para haber empezado el mes. El año que viene regreso.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué bien que disfrutaras de la feria.
Me encantan las descripciones que haces de eventos y actividades; es un poco como experimentarlos uno mismo gracias a tus entradas.

Abrazos
R.