Me gusta escuchar audios de Abraham Hicks no solamente por sus enseñanzas sobre la ley de la atración, sino porque me parece que tienen mucho sentido del humor. Tengo la misma sensación cuando Gema se comunica con su equipo akáshiko: sus guías parecen divertidos. ¿Por qué no deberían serlo? Ellos tienen mucha más información que nosotros y saben mejor qué es lo que hay para nosotros. De hecho, muchas veces tengo la sensación que se descojonan al vernos actuar y lidiar con la realidad porque a nosotros se nos escapa casi todo, mientras que ellos lo saben todo.
En el audio de hoy hablaban sobre la paciencia a la hora de lograr un resultado. Definían la paciencia como un estado de permitir que una situación que no nos gusta se perpetúe, en vez de recibir lo que queremos realmente. Son cosas así las que puedo entender, pero no tanto asimilar o llevarlas a la práctica porque requieren de un cambio interior que no sé bien cómo hacer.
Sin embargo, hoy se me ha revelado una especie de creencia limitante sobre la abundancia, de la cual no era muy consciente. Tiene que ver con el dinero como forma de energía, y como tal, el dinero debe fluir. Debe entrar y debe salir, no quedarse demasiado atascado. Esto no significa que nos convirtamos en manirrotos, pero el dinero no debe estancarse, ya que se pudre, como el agua. En el audio ponían de ejemplo el dolor que puede causarnos el hecho de gastar. Y ahí está mi creencia.
Muchas veces me duele hacer gasto. Lo hago, pero no lo hago con alegría sino con cierto miedo, y eso a nivel vibracional se paga. Es una especie de diálogo con la vida dándole a entender que no te gusta el dinero, de que sientes miedo de que se te acabe, de que no confías en que puedas encontrar más, y esa idea se va a reflejar en tu realidad. En la mía.
Sanar la relación con el dinero es importante, porque el dinero es un aspecto de la abundancia. Tenemos muchas creencias equivocadas sobre el mismo que nos vienen de nuestra infancia y que se traducen en nuestro estado actual:
Tenemos miedo de tener dinero, no nos sentimos merecedores del mismo, tenemos asociaciones negativas respeto al mismo, por eso el dinero no llega o nos quema en las manos.
Decimos que el dinero no es tan valioso como otros valores, pero eso es como rechazar un regalo que nos da la vida. En cierta forma, la relación con el dinero es un reflejo de la relación que tenemos con nuestros dones. También es una especie de síntoma de nuestra capacidad de manifestar en la realidad, ya que es un aspecto tangible de la abundancia. Igualmente, es un reflejo de nuestro amor por nosotros mismos, ya que da una idea de cuánto nos estamos permitiendo recibir.
Ser consciente de tener estas creencias es un paso grande, pero hay que ir más allá y sanar la relación con el dinero. ¿Cómo cambiar esto? La respuesta es: cambiando de creencias. Sin embargo esto no es tan fácil de llevar a la práctica. Yo voy a empezar con dos cosas que no hago: 1) Gastar con alegría, disfrutando el hecho de que estoy gastando en algo que me apetece y me proporciona cierta satisfacción (aunque sea efímera). 2) Cuidando mejor mis cuentas, porque soy bastante negligente al respecto. ¿Qué clase de relación resulta de una a la que no prestas atención? Como todo en esta vida: lo que quieres necesita atención y cuidado.
En el audio de hoy hablaban sobre la paciencia a la hora de lograr un resultado. Definían la paciencia como un estado de permitir que una situación que no nos gusta se perpetúe, en vez de recibir lo que queremos realmente. Son cosas así las que puedo entender, pero no tanto asimilar o llevarlas a la práctica porque requieren de un cambio interior que no sé bien cómo hacer.
Sin embargo, hoy se me ha revelado una especie de creencia limitante sobre la abundancia, de la cual no era muy consciente. Tiene que ver con el dinero como forma de energía, y como tal, el dinero debe fluir. Debe entrar y debe salir, no quedarse demasiado atascado. Esto no significa que nos convirtamos en manirrotos, pero el dinero no debe estancarse, ya que se pudre, como el agua. En el audio ponían de ejemplo el dolor que puede causarnos el hecho de gastar. Y ahí está mi creencia.
Muchas veces me duele hacer gasto. Lo hago, pero no lo hago con alegría sino con cierto miedo, y eso a nivel vibracional se paga. Es una especie de diálogo con la vida dándole a entender que no te gusta el dinero, de que sientes miedo de que se te acabe, de que no confías en que puedas encontrar más, y esa idea se va a reflejar en tu realidad. En la mía.
Sanar la relación con el dinero es importante, porque el dinero es un aspecto de la abundancia. Tenemos muchas creencias equivocadas sobre el mismo que nos vienen de nuestra infancia y que se traducen en nuestro estado actual:
- Los ricos son malas personas.
- Los ricos son ladrones.
- El dinero solamente trae corrupción.
- El dinero es la raíz de todos los males del mundo.
- Si gano dinero estoy traicionando a mi familia, a mi clan, a mi grupo social.
Tenemos miedo de tener dinero, no nos sentimos merecedores del mismo, tenemos asociaciones negativas respeto al mismo, por eso el dinero no llega o nos quema en las manos.
Decimos que el dinero no es tan valioso como otros valores, pero eso es como rechazar un regalo que nos da la vida. En cierta forma, la relación con el dinero es un reflejo de la relación que tenemos con nuestros dones. También es una especie de síntoma de nuestra capacidad de manifestar en la realidad, ya que es un aspecto tangible de la abundancia. Igualmente, es un reflejo de nuestro amor por nosotros mismos, ya que da una idea de cuánto nos estamos permitiendo recibir.
Ser consciente de tener estas creencias es un paso grande, pero hay que ir más allá y sanar la relación con el dinero. ¿Cómo cambiar esto? La respuesta es: cambiando de creencias. Sin embargo esto no es tan fácil de llevar a la práctica. Yo voy a empezar con dos cosas que no hago: 1) Gastar con alegría, disfrutando el hecho de que estoy gastando en algo que me apetece y me proporciona cierta satisfacción (aunque sea efímera). 2) Cuidando mejor mis cuentas, porque soy bastante negligente al respecto. ¿Qué clase de relación resulta de una a la que no prestas atención? Como todo en esta vida: lo que quieres necesita atención y cuidado.
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