viernes, septiembre 21, 2018

Deslealtades

Pedro, mi ex jefe deja el departamento y se marcha a otra unidad. Lo comunicó a tres personas en una reunión exprés y se hará oficial la semana próxima. Yo me he enterado de rebote.

Por encima de la sorpresa inicial (aunque se veía que podría pasar), lo que me duele es que ni él ni Rodri me hayan comentado nada al respecto. Supongo que quieren tratar el tema con cuidado de cara al grupo de Pedro, que es como si se quedara huérfano, intentando que sepan por ellos y no por rumores la situación y qué va a pasar con ellos. Sin embargo, que me dejen fuera me molesta, porque yo no soy una compañera más, se supone que soy una amiga, sobre todo de Rodri. Son muchos años juntos y parece que no signifiquen nada. Imagino que tienen sus razones y sus tiempos, pero me ha dolido. Me ha dolido eso y que Rodri haya venido a Madrid y ni haya hecho por verme, que he tenido que enterarme de casualidad de que había venido a la convención de expertos de la empresa.

Bien, ya sé a qué atenerme. Ya veo cuán valorada soy y cuanta confianza me tienen. Pues quid pro quo: acaban de ser expulsados a los círculos exteriores de mis círculos de confianza. Aunque supongo que no sentirán mucho la pérdida. Nadie siente mi pérdida.

Al final se cumple la idea de que no me puedo fiar de nadie. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Siento el mal trago.
Yo decidí hace tiempo, tras algún palo, que el trabajo no es lugar para amistad o confianzas.

Ánimo.
R.