lunes, septiembre 03, 2018

Concierto de Dry River (II)

Nuevo concierto del grupo de Castellón, pero esta crónica podría ser semejante a la que hiciera meses atrás. Me reafirmo es que Dry River son una gran banda y que su vocalista es inmenso. Suenan bien, son simpáticos, amenos, y tienen gran interacción con el grupo. El concierto duró una hora y media, siendo los segundos teloneros de Asfalto, y el setlist estuvo bastante bien. Faltaron sus actores, lo cual puede quitar cierta simpatía a la puesta en escena, pero en realidad su música no necesita de otros apoyos que la simple ejecución. Es una banda redonda.

A diferencia del primer concierto, éste se celebraba en la plaza de toros de San Martín de Valdeiglesias, como parte del programa de las fiestas de la localidad. Además de ellos tocaba un grupo local llamado Black Hole, que realizaron versiones de varios éxitos rock y punk. A mí me gustaron. El grupo principal, sin embargo, era Asfalto. Sonaron muy bien, pero los tengo muy poco escuchados. Creo que apenas conozco tres canciones de ellos. Su cantante, además, es la típica persona que se expresa mejor a través de la música que cuando se dirige al público. Un 4 ala 5 seguramente. Las letras son bastante elaboradas, pero se centran mucho en el pasado. Y ¿puede haber una canción más triste que "Rocinante"? Que empezaran tarde tampoco ayudó. Estoy acostumbrada a que los conciertos finalicen a las 0:00, no que empiecen a esa hora. Por tanto, tuve que hacer un pequeño esfuerzo para unirme a mi sobrino en los brazos de Morfeo.

Éste era el segundo concierto de mi sobrino, y me hacía ilusión compartirlo con él. Tanto él como la niña de los amigos que nos acompañaban van a cumplir cinco años en breves, y a ambos les encanta Dry River. A mí me hace mucha gracia ver cómo un niño así canta canciones que son tan adultas. Me parto con su vocecita tarareando la que parece su canción favorita del grupo, "Traspasa mi piel":
"Dame de beber la melodía de tus palabras...".

Quizás las horas no fueran las mejores para unos niños. Habíamos intentado que durmieran la siesta, pero con mi sobrino no fue posible. Lo pagó luego quedándose dormido en medio del concierto y perdiéndose sus canciones favoritas. Al menos llevaba los tapones puestos. Le tuve que dejar los míos, que son bastante buenos, porque no se apañaba con los suyos de goma. Aun así, creo que le molestaba bastante el ruido. No sé si querrá volver a un concierto en mucho tiempo. La verdad, cuando dicen que lo quieren llevar al Wacken, flipo un poco, porque no creo que lo vaya a disfrutar demasiado. Hay ocios por edades, está claro.

Recordando las experiencias del Wacken, pensé que haría bastante frío por la noche. Me puse unos vaqueros largos y me eché ropa en una mochila. Sin embargo fue una nocha bastante calurosa y di un paseo a mi cazadora. Como estuvimos todo el rato en las gradas, por decisión de los niños, al menos no cargué con la mochila todo el concierto. Estar sentado ayuda a sobrellevar el concierto, so riesgo de caer dormido, pero estábamos un poco lejos del escenario. La plaza de toros no es Las Ventas, pero aún así es amplia. De todas formas, el sonido era bastante bueno, mucho mejor de lo que recuerdo otras plazas de Madrid como Vistalegre o La Cubierta, donde el sonido suele ser pésimo. Lo malo de ir a estos sitios es imaginarse una corrida de toros: la arena está lo suficientemente cerca como para poder ver sufrir al animal su tortura. Debe de ser bastante más desagradable de lo que he visto en la televisión, que no ha sido demasiado porque es algo que no soporto.

Salir de madrugada del concierto y conducir al hotel me recordó mucho a las noches del Wacken. Un poquito de nostalgia sí tuve. Quizás algún día regrese, aunque no creo que sea pronto. En cambio, Dry River tienen concierto en Madrid el próximo mes de enero.

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