miércoles, septiembre 12, 2018

El Yo


Esta mañana me he puesto un nuevo audio de Abraham Hicks y he vuelto a tener una especie de epifanía. Es un poco ida de olla, así que a ver si soy capaz de explicarlo.

Me he visto por primera vez como una prolongación de mi Ser Superior aquí en la tierra. Lo que he sentido es que mi Ser Superior quiere manifestar, quiere darme cualquier cosa que yo desee, porque es él en realidad quien desea, no yo, y es mi cuerpo, o más bien, mi representación física, la que le sirve para manifestar.

Es decir, mi Yo auténtico es mi Ser Superior, no mi representación física. Mi representación física puede creerse separada de mi Ser Superior, hasta puede creer que es una entidad/identidad en sí misma. Eso sería mi Ego. Pero mi ego no es real. 
Esto es como decir que realmente yo no existo, o que esta expresión de mí física no existe, o que es una versión muy limitada y reducida de lo que realmente soy. Es un avatar, una representación.
Y soy mucho mucho más. Solo que ese mucho más no puede ser captado en su totalidad porque son las restricciones de esta dimensión las que lo impiden. Yo soy el soñador, el observador, el que contempla desde un plano mucho más elevado.

Es precisamente esa representación física, mi ego, la que está impidiendo todo tipo de manifestación, como si estuviese bloqueando un canal. ¿Por qué motivo? Pues realmente no lo sé, aunque parece miedo. Así que por un instante me he sentido totalmente conectada con mi Ser Superior, y el canal estaba limpio entre ambos, nada lo obstruía. Y en ese momento he sabido que cualquier cosa puede hacerse realidad, si mi representación física, mi ego, no se dedica a obstruir el canal. Saber esto ha sido alcanzar un estado de paz interior bastante reconfortante, liberador incluso. Porque lo único que he de hacer es permitir, es dejar que todo fluya, es no interferir, es no molestar. 

Parece sencillo, pero no lo es en la práctica, porque la visión que he tenido termina por empañarse, y se me olvida cuando me meto en la rutina. Pero puedo parar y recordar. Entonces intento visualizar una corriente de luz que emana de mi Ser Superior y llega hasta mí en perfecto flujo. 
Como poco es una imagen de lo más relajante.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo bueno de tener estas visiones y revelaciones es que aunque con el tiempo pierdan claridad, sabemos que las hemos tenido. Eso da una dimensión especial a nuestras vidas.

Me alegro de que hayas tenido esa experiencia tan única y positiva que describes.

R.