Tomado del Facebook de Natt Veron.
Cuando vi esta imagen me vi allí, debajo de la ducha, en un final de día estresante y de cansancio.
Cansa el cuerpo, cansa la mente, cansa el alma.
Sea cual sea el motivo, el empleo, la familia, los estudios, las malas relaciones, los amigos los bueno o los malos.
La mente cansada ya no se acuerda de rutinas importantes, olvida donde está la llave de casa, se olvida de pagar una boleta importante, olvida la contraseña de la tarjeta.
Se despierta ya cansada, sin ritmo, sin ánimo. Pero despierta, pone su armadura e incluso herida y cansada se obliga a ser fuerte, a ser la mujer valiente que la sociedad te obliga a ser.
Ser fuerte no es ventaja, es necesario, matamos a un león por día y seguimos sonriendo.
Pero cuando estamos a solas, se derrama lagrimas lloramos, no porque nos falta coraje, es por el exceso de ella que nos obliga a parecer impenetrable.
Lloramos para aliviar el dolor del alma, lloramos porque a solas podemos ver nuestras heridas, lloramos con nosotros mismos para ser fuerte.
"Sea fuerte chica y valiente" ya me decían eso desde que recuerdo, lástima que no avisaron lo fuerte que era necesario ser.
No te avergüences por hundirte de vez en cuando, no te sientas incapaz de llorar por el cansancio de tus días, que no te de vergüenza de limpiar sus heridas cuando ellas se enfermen.
Las mujeres sabemos cuánto es importante es llorar para mantener la cordura.
Y no te preocupes ni tenga vergüenza que les aseguro que en otras casas también hay una mujer como nosotras ,que también esta en la ducha dejando que el agua lleve sus dolores...
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