Esta es una de esas películas que solamente verías por hacer tiempo o para pasar la sobremesa. En mi caso se debe a la primera razón. También digamos que es lo mejor que había en la televisión, o lo que más me ha interesado dentro de la programación de un sábado noche. Creo que a estas películas las llaman "Slashers". Hay sadismo, una gran variedad de muertes (algunas un poco rebuscadas), y mucha sangre. Tampoco diría que es malísima, porque entretetiene a ratos, pero no aporta mucho. Lo mejor de ella es Luke Evans.
El argumento es bastante lineal y no tiene más sorpresa que el descubrir que una fachada puede esconder a un psicópata peligroso. Sorpresa que queda en nada viendo el cartel promocional de la película. La trama es la siguiente: una banda de criminales secuestra a una pareja para descubrir que han topado con un asesino que irá matándolos uno a uno hasta no dejar a nadie vivo. Junto al psicópata aparece una mujer desaparecida meses atrás en una escena del crimen macabra, que es además una rica heredera. Los integrantes de la banda aspirarán a hacerse con la recompensa y al tiempo sobrevivir a la caza sistemática a la que se ven sometidos. También la mujer secuestrada tendrá que mirar por su supervivencia, aunque para ella, la banda no es un problema, sino el psicópata, quien ejerce cierta dominación sobre ella.
En fin...
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