Recientemente en el curso de gestión vimos un vídeo que ejemplarizaba cómo se manifiesta el cerebro reptiliano en el comportamiento de las personas. Es un vídeo de una novia que está muy disgustada porque no está contenta con el peinado que le han hecho en la peluquería, y en un arrebato, agarra unas tijeras y se corta el pelo a una hora de la ceremonia. El vídeo produce muchísima perplejidad porque no es racional para nada. Y así es el reptiliano cuando ha asumido las funciones de dirección: se anula el neocortex y se deja de pensar desde la razón. Como el reptiliano es el cerebro más antiguo y más poderoso, no hay nada que pueda pararlo, llevando a situaciones muy extremas (no necesariamente peligrosas). Por supuesto, podría haber tenido algo de ayuda de sus damas de honor, pero las muy cabritas están un tanto borrachas, y se descojonan de la escena y de su amiga. Ni que decir tiene que ellas tampoco están funcionando desde el neocortex. Se supone que el vídeo tiene algo de gracia, pero yo no se la encuentro. Me parece una escena un tanto violenta, excesiva, y desmandada.
Ayer fui testigo de otro ejemplo en el chat del grupo de gestión. Una de las chicas había compartido una imagen reivindicativa relacionada con el triste y popular caso de Laura Luelmo. La imagen no tenía mucho más que dos niñas sosteniendo una pancarta que decía: "Por un 2019 en el que cada niña y mujer que sale de su casa, vuelva sana y salva". Entonces interviene Luis Carlos y dice: "Sí, y cada hombre también". La chica responde: "Va por Laura, en este caso". Y ahí interviene Crisis y le da un tirón de orejas a Luis Carlos con argumentos basados en el miedo a salir a correr solas, que es algo que a Crisis le toca mucho la moral (encima con su ala cuatro magnificando los peligros). Ahí pasa algo raro porque Luis Carlos menciona un "comentario por la igualdad", pero de repente empieza a hablar de spray pimienta y armas blancas, y soy incapaz de ver la relación entre las ideas.
A mí también me ha molestado el comentario de Luis Carlos, como otros tantos comentarios que parecen querer desviar el tema hacia la coyuntura masculina, como un intento de minimizar el problema, mezclando (o no) churras con merinas. Me pone malita en general. Quizás no estoy tan molesta como Cris, también porque tengo más simpatía que ella por el chaval, e intento no ser demasiado dura, pero aun así le digo que su comentario no es oportuno y que falta un poco de sensibilidad. El chico ya está disparado y está hablando de temas personales que no soy capaz de enlazar. Se ve claramente que ha entrado en una espiral un poco extraña en su cabeza que va en crescendo. Termina soltando una absurdez de llevar una pistola electrica, y a continuación se sale del chat.
Mi primera reacción es pensar: "¿Qué cojones ha pasado?".
No tiene ningún sentido y la reacción me parece desmesurada. Está claro que a él la foto le ha conectado con algo que le ha sucedido personalmente, lo cual desconozco, y que le ha disparado. Nuestros comentarios, obviamente, no han ayudado y seguramente se ha sentido atacado. Raquel me pregunta después cómo funciona un eneatipo 6 cuando se siente atacado. Le digo que o bien ataca o se evade del conflicto (yéndose al 9), dependiendo de quién esté enfrente y de cómo evalúe el gasto energético y las posibilidades de daño. Esto es lo que hago yo al menos. Luis Carlos es otro eneatipo 6 (aunque tiene un alazo 7 importante) y ha huido del enfrentamiento. Pero la decisión de huida no ha sido posiblemente muy consciente, sino que se ha visto impelido por su psique a salir de ahí. El reptiliano se ha expresado y ha dominado toda la situación.
Hay bastante desconcierto en el chat y empiezan a moverse los eneatipos. La siete se siente culpable por poner la foto, pero se le pasará enseguida. La uno empieza a hablar de ideologías; se ha ido al abstracto absoluto. La ocho está muy cañera y Raquel, que es otro ocho, tiene que frenarla un poco. Crisis, que se había ido al ocho inicialmente, empieza a bajar al cinco a racionalizar. La dos se siente compungida por el chico. ¿Y yo?
Hay bastante desconcierto en el chat y empiezan a moverse los eneatipos. La siete se siente culpable por poner la foto, pero se le pasará enseguida. La uno empieza a hablar de ideologías; se ha ido al abstracto absoluto. La ocho está muy cañera y Raquel, que es otro ocho, tiene que frenarla un poco. Crisis, que se había ido al ocho inicialmente, empieza a bajar al cinco a racionalizar. La dos se siente compungida por el chico. ¿Y yo?
La verdad que me ha dado un poco de pena el chaval. He intentado hablar con él después. En respuesta me ha mandado información sobre un curso de rebirthing y sobre el taller de astrología de Julia Almagro. Bueno, es un paso. Seguro que no se siente muy bien. Para cuando regrese de Japón todo esto habrá pasado.
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