viernes, marzo 09, 2018

2 meses



2 meses han pasado desde aquel maldito 9 de enero. Y todo sigue igual en mi interior.
Los sentimientos no han cambiado ni un ápice, porque eran reales, profundos y sinceros, porque estaban arraigados en mi corazón como un rosal en la tierra.
Mis sentimientos siguen siendo vivos e intensos. Ni siquiera se han transformado, no se han desplazado.
Quizás llevan alguna capa de frustración, enojo, incluso resentimiento, pero su centro es puro e inmaculado, como la pepita de oro extraída de la mena.
Y lo que nos pertenece lo cuidamos, lo protegemos.
El amor que no muere, ¿mata?
Hay días que son menos difíciles que otros.

2 comentarios:

Crisis@Madrid dijo...

Ánimo. Poco a poco. Besos

SharingDreams dijo...

No hay nada malo. Tu amor... eres tú. Matarlo sería violentarte. Sigue caminando hacia la luz aunque las lágrimas te impidan ver. Confía aunque creas que no tienes motivos. Y si te puede ayudar, hermana, piensa que yo estoy, también, en ese preciso empeño.