miércoles, marzo 07, 2018

Conativo

Clase de yoga. No está completa. Lo entiendo: da pereza hacer deporte por la mañana, aunque es de lo mejorcito para empezar el día. Te activa, te entona, te despierta. Para mí es un pequeño placer ver cómo el cuerpo va respondiendo poco a poco a una actividad suave. En otros tiempos hasta llegué a hacer body combat y body pump a las siete de la mañana, y me gustaba. Eso ha quedado muy atrás. Ahora la actividad suave sirve para compensar otras más exigentes. Creo que ahora llevo un entrenamiento más equilibrado que antes, aunque me queda desarrollar la fuerza.

Termina la clase y tengo todos mis músculos estirados. Una señora empieza a quejarse a la profesora de la dificultad para encontrar plaza, y empieza a usar su lenguaje conativo para dar pena y conseguir venir a clase sin reserva. Que no consigue reservar nunca, que está mal de la espalda y necesita hacer estos ejercicios, que qué bien da la clase la profe, que si tal, que si cual. La señora me mira como buscando complicidad, pero lo lleva claro. Esquivo su mirada y la ignoro, como si no existiese.

¡Cómo me molestan estas actitudes! Casi tanto como la arrogancia, que ya es decir. Me parecen un total abuso del sistema. Al final tendremos una legión de gente que se pasa por el forro los protocolos porque son "especiales", perjudicando a los que cumplimos con ellos. Supongo que es algo muy "español" intentar sacar tajada de las situaciones, o de creer que somos más especiales que los demás. ¿Que le duele la espalda? ¡Y a mí las lumbares, no te jode!. Pero no por eso voy dando penita para conseguir cosas. ¿Que no puedes reservar? Espabila. Y lo peor: es una jubilada que tiene TODO el santo día para ir al gimnasio y hacer actividades semejantes: pilates, stretching, más yoga...hasta puede dar el coñazo al monitor de sala para que le ponga un entrenamiento personalizado.

Me enerva.

Yo había empezado el día tranquila, pero esta señora me acaba de poner a cien. Y no es culpa suya, está claro que hay algo dentro de mí que se dispara. Está en mi sombra, y tengo que averiguar qué es.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenos días,

¡Lenguaje conativo! ¡Pues claro! Había olvidado el término, enterrado desde los primeros años de BUP o últimos de EGB... contigo siempre aprendo algo, o al menos, recuerdo.

A mi también me molestan muchísimo estas actitudes. En última instancia, los que los practican están ejecutando su creencia de que son superiores al resto. Porque, objetivamente, como bien analizas, no hay ninguna razón que avale su petición. Es puramente egoísmo. Además, intentan obtener apoyos mediante la técnica de implicar a los demás.

Yo me considero un cumplidor de normas y protocolos. Lo hago por respeto a los demás (se entiende, visto lo visto y la existencia de esa legión de egoístas que mencionas, que me refiero a los demás que cumplen las normas... es necesario especificar). Por ello, me siento especialmente enfadado con los que incumplen las normas, ya que valoro que me respeten y éstos lo que hacen es mostrar una total falta de respeto hacia mi y los demás que cumplimos.

Es muy propio de España (de la cuenca mediterránea tal vez), sí. Y muy propio de personas de cierta edad, cierto es. He pensado muchas veces si el origen de estas conductas puede tener una explicación más allá de la pereza y el egoísmo. Hay mucho de pereza en ello. Es más fácil intentar dar pena que esforzarse por conseguir una plaza mediante el esfuerzo (esfuerzo normal) y el cumplimiento de las normas.

Si la persona tiene algún problema que le impide cumplir esa norma, tampoco es lícito recurrir a estos protocolos poco éticos. En esos casos, hay otros protocolos. Y si la excusa es que el sistema no funciona, entonces habría que ver cada caso particular para dar una opinión sobre si el romper normas en ese caso está justificado o no. En mi opinión, dependerá de la razón que lleva a romper la norma y de la gravedad sobre uno mismo y los demás de hacerlo y no hacerlo.

Ry.