martes, octubre 16, 2018

Invidentes

Lydia, apoyada por mi directora, me pidió hace unos días que diera trabajo a una persona del otro departamento para protegerla de una eventual despedida. Es un perfil muy particular, dado que la persona es ciega. Se espera que este chico trabaje en proyectos de accesibilidad con Lydia, pero mientras salen los proyectos, aparece como disponible en los sistemas, con el riesgo de quedar en la calle.

Por hacer un favor a mi jefa (más que a Lydia), y porque el chaval me cae bien (supongo que la ceguera me causa ternurita), accedí a buscarle alguna tarea dentro de mi grupo. Lo ideal habría sido meterlo en tareas de análisis web, para comprobar la accesibilidad de nuestras páginas web de proyecto, pero el jefe de diseño se negó en red alegando que esto le daba más trabajo. Ahora que el grupo no está bajo mi responsabilidad, me da igual. Pero seguía quedando el tema de encontrar una tarea, teniendo en cuenta que es invidente, no sabe casi inglés, no conoce el mundo de los proyectos europeos, y entra nuevo en la tarea.

El primer factor me parece fundamental. No consigo hacerme a la idea de cómo funciona el tema, de cómo recibe la información y de cómo la organiza. Me intento poner en su lugar y no lo consigo. Además, yo soy bastante visual. Por supuesto, mi lenguaje utiliza términos como "ver" o "mirar", que pueden resultar políticamente incorrectos, pero es lo que hay. Hoy se lo he dicho claramente: no me hago a la idea. Él está acostumbrado, pero yo no.

Viendo lo cargadísimo que está Elies, pensé que podría ser un apoyo para éste en los temas legales. Hoy hemos tenido una telco los tres para que Elies le explicase lo que tenía pensado. Un ejemplo del problema de la invidencia: en negociación de contratos usamos mucho la opción de control de cambios de Word, pero no sabemos si el intérprete tiene esa opción. De hecho, el chico no parecía saber a qué nos referíamos.

La culturización de esta persona va a ser algo complicadillo y costoso, más de lo normal.

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