Mañana tenemos el primer eclipse de la temporada astrológica, y quizás por eso la "inspiración" de esta madrugada en esa fase previa al despertar. La idea era sobre la libertad y el desapego, ambas como sinónimos. ¿Por qué esta temática? Quizás porque éste es un tema que va mucho conmigo. Tanto mi número de vida como de alma son el 9, que tiene que ver con el desapego.
Ahora las palabras se vuelven torpes al pasar por los filtros de la mente para ser plasmadas, pero esta mañana fluían con una suavidad insólitas. La materialización de las cosas es así de complicada.
Entonces, la idea me susurraba que la libertad es el desapego total. Es el desapego de las posesiones materiales (mi casa, mi coche...), el desapego por los resultados (quiero conseguir esto, quiero llegar a esto...), el desapego de la apariencia (soy rubia, soy bajita...), el desapego de la identidad (soy española, soy mujer...), el desapego de los roles que creemos ostentar (soy hija, soy hermana, soy jefe de proyecto...), el desapego de las etiquetas que llevamos (soy inteligente, soy perseverante, soy vaga...), de nuestras preferencias personales (me gusta el chocolate, me gusta el color rojo...), nuestras aficiones (zumba, ho'oponopono...).
Es el desapego de nuestra historia personal, de nuestras raíces, de nuestra familia.
Es el desapego de nuestros valores y creencias.
Es el desapego de nuestros pensamientos, de nuestras sensaciones corporales, de nuestros sentimientos y emociones.
La libertad es el ser puro, al esencia pura de cada uno.
La libertad es la infinitud.
La libertad es el potencial puro.
Entonces, ¿no somos libres? No tanto como creemos. Tenemos libertad, pero su margen de acción es bastante exiguo. Quizás pensamos que somos libres porque tenemos cierta capacidad de acción, pero la gran mayoría de nuestras decisiones están basadas en patrones de ideas y comportamientos que están instalados en nosotros desde hace mucho tiempo; y la mayoría ni los hemos elegido nosotros, nos los han impuesto. Nuestra acción está basada en históricos.
Pero esto no debería ser un freno para que podamos ejercer nuestra pequeña libertad. Creo que lo más importante es ser consciente y redefinirse en lo que buenamente se pueda, sabiendo que somos mucho más que eso.
Y tras mi ida de olla, me pongo a trabajar.
Ahora las palabras se vuelven torpes al pasar por los filtros de la mente para ser plasmadas, pero esta mañana fluían con una suavidad insólitas. La materialización de las cosas es así de complicada.
Entonces, la idea me susurraba que la libertad es el desapego total. Es el desapego de las posesiones materiales (mi casa, mi coche...), el desapego por los resultados (quiero conseguir esto, quiero llegar a esto...), el desapego de la apariencia (soy rubia, soy bajita...), el desapego de la identidad (soy española, soy mujer...), el desapego de los roles que creemos ostentar (soy hija, soy hermana, soy jefe de proyecto...), el desapego de las etiquetas que llevamos (soy inteligente, soy perseverante, soy vaga...), de nuestras preferencias personales (me gusta el chocolate, me gusta el color rojo...), nuestras aficiones (zumba, ho'oponopono...).
Es el desapego de nuestra historia personal, de nuestras raíces, de nuestra familia.
Es el desapego de nuestros valores y creencias.
Es el desapego de nuestros pensamientos, de nuestras sensaciones corporales, de nuestros sentimientos y emociones.
La libertad es el ser puro, al esencia pura de cada uno.
La libertad es la infinitud.
La libertad es el potencial puro.
Entonces, ¿no somos libres? No tanto como creemos. Tenemos libertad, pero su margen de acción es bastante exiguo. Quizás pensamos que somos libres porque tenemos cierta capacidad de acción, pero la gran mayoría de nuestras decisiones están basadas en patrones de ideas y comportamientos que están instalados en nosotros desde hace mucho tiempo; y la mayoría ni los hemos elegido nosotros, nos los han impuesto. Nuestra acción está basada en históricos.
Pero esto no debería ser un freno para que podamos ejercer nuestra pequeña libertad. Creo que lo más importante es ser consciente y redefinirse en lo que buenamente se pueda, sabiendo que somos mucho más que eso.
Y tras mi ida de olla, me pongo a trabajar.
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